Medal Parade

La Organización de las Naciones Unidas otorga a todos los Cascos Azules, en reconocimiento a su participación en una misión de paz, un símbolo consistente en una medalla, en apariencia de bronce, con el logotipo que la identifica.

La ceremonia de entrega de esta distinción es la más importante de la misión, se realiza en algún momento de la segunda mitad de la misma y es denominada por su acepción inglesa, Medal Parade.

La correspondiente a nuestra misión, Haití XII, se realizó el día 30 de junio a las 18 horas. Aproximadamente cien argentinos pertenecientes al Hospital Argentino y a la Brigada Aérea fueron los receptores de este homenaje. Participaron de la misma, como sucede habitualmente, las más altas autoridades de Naciones Unidas tanto civiles como militares. En esta ocasión la máxima autoridad civil, el guatemalteco Edmund Mulet, no pudo hacerse presente por lo que fue representado por su segundo, el estadounidense Kevin Kennedy; también estuvo presente el Force Commander, o sea la máxima autoridad militar, el brasileño General Luis Guilherme Paul Cruz; el embajador de Argentina en Haití, Ocampo; el jefe del Contingente Argentino, el Capitán de Navío Emilio Cancela y los comandantes de batallones argentinos y demás países presentes en Haití. También había algunos civiles que trabajan para la Minustah (siglas que denominan al programa de paz de la ONU que se desarrolla en Haití, del francés MIssion des Nations Unies pour la STAbilisation en Haïti) y, afortunadamente, también fueron invitados nuestros nuevos amigos portorriqueños, integrantes de la ONG Iniciativa de Paz.

El clima fue bondadoso con todos nosotros, pues estaba nublado, lo cual mitigó la temperatura, y no llovió, hecho éste que fue habitual en la quincena previa.

La ceremonia estaba conducida por dos locutoras que leían las glosas, una en español y la otra en inglés; comenzó con una introducción formal y a continuación presentaron al grupo de niños del Orfelinato Rose-Mine de Diegue, el de Rolande Celestin y Osvaldo Fernandez (El gendarme), que cantaron el himno nacional haitiano, luego fueron entonadas las estrofas de nuestro himno argentino; se sucedieron las palabras de las más altas autoridades, posteriormente se hizo entrega de las medallas y el acontecimiento llegó a su fin.

Todos los compañeros de misión pasamos luego a prodigarnos abrazos fraternales que resumen simbólicamente el afecto generado por 3 o 5 meses de vivencias compartidas, pero hubo uno en especial que fue sumamente sentido, emocionado, afectuoso y lacrimoso: el que nos prodigamos con Gonzalo, "el traumatólogo", mi gran amigo de esta aventura.

Como es habitual en este tipo de ocasiones, los anfitriones agasajan a la concurrencia con una cena o un lunch conformado por comidas típicas de su país de origen. En este caso consistió en una generosa cantidad de empanadas y una pata flambeada que estaban exquisitas e hicieron las delicias del núcleo humano cosmopolita allí reunido.

Estos eventos sociales son muy interesantes ya que permite generar vínculos amistosos con personas de diferentes países. Luego de los postres comienza la música y en consecuencia el baile y una lucha, por momentos encarnizada, para poder conseguir una muchacha, o no tan muchacha, para bailar ya que es éste un elemento humano sumamente escaso en este tipo de ambiente, conformado por militares, y en consecuencia mayoritariamente testosterónico.

La concurrencia empieza a retirarse paulatinamente a partir de las 21 hs y a medida que transcurre el tiempo, el alcohol empieza a inspirar a más de una mente como para expresar pensamientos filosóficos magistrales o soluciones casi mágicas para los principales problemas de la humanidad.

Este tipo de vivencias genera anécdotas por doquier. Por ejemplo, parece ser que estoy haciendo una carrera militar tan brillante como vertiginosa. Desde Enero, la época en que hice el curso en la unidad militar Caecopaz en Buenos Aires he recibido en ocasiones el trato militar de oficial, quizás debido a las canas; durante el transcurso de la misión en diversas oportunidades fui saludado como oficial, mayor, etc. Durante la fiesta un miembro de las fuerzas armadas peruanas me “ascendió” a coronel. De civil a coronel en algo más de cinco meses. El paso siguiente consiste en mi postulación para general de brigada.

Al final de la fiesta, antes de acostarme, guardé celosamente la medalla recibida no sin antes observar algo que no había percibido anteriormente, la frase inscripta en su reverso: “IN THE SERVICE OF PEACE”



Agosto de 2010

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