Gemelos

Traspapelado quedó este hermoso mail que Jorge nos enviara desde Haití el 10 de febrero del corriente... ¡pidiendo las disculpas correspondientes transcribo el texto!

Maxon es quizás el primer haitiano que conocí, trabaja como traductor en el Hospital Militar Reubicable, es un negro extraordinario, y aunque en estos pagos decir negro no es bueno, lo digo con el mayor respeto y aprecio por esta persona. Su nombre completo es Jean Maxon Casseus.

La pasada semana apareció Maxon por la farmacia, me lo presentaron y me contó que estaba contento porque habían operado a la madre y el pronóstico de un tumor maligno se había felizmente transformado en un fibroma benigno y la misma gozaba de buena salud.

Por otro lado me contó, con lágrimas en sus ojazos, que había perdido su casa en el terremoto, que estaba durmiendo en lo de un amigo, que en la noche sacaban los colchones a la calle y allí dormían por temor a otro sismo, que a su pareja se le había caído una pared encima y afortunadamente estaba bien.

Que ella estudia enfermería en una escuela privada, que las que estudiaban en la escuela pública terminaban su clase a las 17 y el terremoto sucedió a eso de las 16:53. Murieron todas. Que la cárcel se rompió lo suficiente como para que los bandidos (los presos) pudieran recuperar su libertad. Vivieron casi todos.
Quisiera expresar algún comentario al respecto pero tengo temor a herir susceptibilidades religiosas. Los que me conocen de cerca comprenderán porqué digo esto.

Sigamos con Maxon. Es un haitiano de clase media (haitiana, ok?). Nació en Les Cayes una ciudad a unos 120 km de Puerto Príncipe. Su padre, Bea es agricultor, su madre se llama Annie. Cursó sus estudios primarios en su ciudad natal y luego sus padres lo enviaron a Puerto Príncipe donde cursó la secundaria, luego una tecnicatura en electricidad y hoy (a los 33 años) está terminando su licenciatura como Trabajador Social (o Asistente Social).
Cree que la base del progreso es el trabajo y el estudio, algo que sus padres le inculcaron con muchísimo rigor.
Quiere formar un hogar, tener hijos y hacer todo lo posible para que ellos tengan una formación superior, en EEUU si lo pudiera lograr. ¡La tiene clarísima! No creo que sea el estereotipo del haitiano pero, como dije antes, es el primero que conocí y es un tipo simpatiquísimo.
Culminando la charla le comento que tenemos muchas similitudes: la cultura del trabajo y del conocimiento, orígenes humildes (Annie y Bea – sus padres-, Elsa y Juan –los míos-), deseos ingentes de superación, espíritus inquietos y quizás otras que el tiempo (no todavía) no permitió conocer. Casi dos almas gemelas, que el azar o la causalidad enfrentó.





PD: Agradezco las respuestas elogiosas y estimulantes que he recibido periódicamente. Ahora deseo que tan sólo me respondan, cuando así lo deseen, contandome cosas vuestras aunque sean frivolidades, chusmeríos o novedades de vuestros respectivos ámbitos de trabajo, locales o nacionales.
Es una forma de no perder el timing de Argentina. Como encargado de la farmacia me asignaron un celular cuyo número es (509) 3450-6662. No recibe mensajes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario